Mary Jose Díaz Flores
Guatemala se ha convertido en el gran receptor de familias chiapanecas que buscando un lugar seguro para vivir, han tenido que cruzar el río que nos divide para refugiarse en el país vecino, lo anterior derivado de la tolerancia de autoridades mexicanas para tratar con abrazos a la delincuencia organizada que ha obligado a familias enteras a abandonar su lugar de origen. En cambio Guatemala ha blindado sus fronteras a fin de evitar que los cárteles que se pelean la zona fronteriza de Chiapas, penetren de la misma manera a poblaciones guatemaltecas.
Al menos en Cuilco, Guatemala efectivos militares, kaiviles y fuerzas especiales de la policía militar resguardan la frontera con México, específicamente la que colinda con Chiapas, desde donde pueden observar la movilidad de camionetas con grupos armados y camiones “monstruos” que operan en la entidad a sus anchas, pues no hay una estrategia gubernamental para el combate de estos grupos que se disputan territorios en los municipios fronterizos.
En Guatemala a diferencia de México, se han instalado barricadas con ametralladoras que apuntan hacia Chiapas y con lo cual generan un cerco que “impide” el avance de los cárteles diseminados en municipios estratégicos de Chiapas que han orillado a unos 600 habitantes de los municipios de Amatenango de la Frontera y de Mazapa de Madero, a huir a Guatemala, pues hay comunidades que se quejan del reclutamiento forzoso de hombres a estos grupos.
Los chiapanecos ingresaron a Guatemala por caminos de extravío, tal como lo hacían los guatemaltecos que por años tuvieron a los municipios de Chiapas como sus clientes, pues ingresaban con todo tipo de mercancías, pero ante la violencia han dejado de visitar estos lugares, pues muchos desaparecieron al supuestamente llegar a la entidad a vender distintos productos, lo cierto es que este territorio poroso ha sido por décadas el paso natural de drogas, armas e indocumentados.
Elsa Hernández, gobernadora de Huehuetenango, dijo que los desplazados están llegando con pocas pertenencias a Cuilco y Chiantla, por lo que han tenido que instalar albergues donde se les dota de alimentos y medicamentos, además de médicos ya que llegan a comunidades extremadamente pobres de ese país vecino.
Cabe mencionar que este éxodo de personas, solo ha sido confirmado por autoridades guatemaltecas, pues ni autoridades federales ni estatales de México, han dicho nada al respecto, lo cierto es que la violencia que se vive en Chiapas, ha obligado a las familias de esa zona a buscar alternativas para vivir en paz, desde hace tres años cuando el cártel de Sinaloa se dividió y una parte se convirtió en CJNG, uno de los más violentos del país, mismo que hace unos meses sufrió otra división al convertirse en Cártel “Chiapas-Guatemala”.
En fin, antes Chiapas era el receptor de guatemaltecos y hoy los abrazos y no balazos, hacen que muchos de nuestros connacionales se refugien en Guatemala.
Con Filo
En el Zoológico Miguel Álvarez del Toro, extrañamente se murió un Quetzal macho, la dependencia justifica que fue encontrado con lesiones superficiales, pero que al revisar su jaula no encontraron ningún depredador; ¿será que la mayor depredadora de esta institución es la misma titular?, pues desde su llegada se han hecho construcciones prohibidas y han desaparecido diversas especies a tal grado, que en los paseos por esta área natural, ya casi no hay nada que ver, pues las jaulas están vacías, sin ninguna novedad!…En fin conservacionistas denunciaron que desde hace días habrían advertido a María Bonifaz de que habían huecos en las jaulas de los quetzales, aves en peligro de extinción, pero que no fueron escuchados y denuncian que fue un tlacuache el que atacó a esta ave que sufrió lesiones graves y es que desafortunadamente, desde la llegada de Bonifaz se han perdido diversas especies ante el descuido y la baja de la calidad en los alimentos de los animales que habitaban esta reserva que es una de las más importantes de la capital chiapaneca.
Cel 9615793947