Empleados de base de la CNC exigen que la organización campesina les pague salarios vencidos desde 2020
F&S
Empleados y trabajadores que prestan servicios laborales de base en la Confederación Nacional Campesina –filial del PRI—formalmente dirigida por el diputado federal por Durango, Ismael Hernández Deras, con antigüedades de entre 20 y 30 años, fueron mandados a sus casas a inicios de 2020 por efectos de la pandemia de Covid 19. Actualmente la central permanece cerrada y nadie informa sobre su destino y menos de la posibilidad de cobrar el tiempo transcurrido sin sueldo.
María Elena Gómez Alcántara y Julio Almazán Trejo, representantes de los trabajadores afirman que, en marzo de 2020, fueron notificados de que la organización campesina cerraría por un periodo de 40 días sus instalaciones, en tanto se observaría el comportamiento de la pandemia y con el propósito de evitar contagios. Les advirtieron que, posteriormente, se reincorporarían a sus labores. Esta situación, hasta el momento, no se ha cumplido, sin ninguna razón o justificación de parte del dirigente o de algún representante.
Esta situación se ha agravado en las últimas semanas, debido a que los trabajadores –en su mayoría con edades que sobrepasan los 65 años—han recibido amenazas en sus propios hogares y llamadas telefónicas para advertirles que depongan sus intenciones de cobro de salarios caídos y que no se les ocurra poner demandas ante la Secretaría del Trabajo.
La secretaria de Finanzas y Administración de la CNC, Alma Verónica Ortiz Gallardo, por instrucciones precisas del dirigente Ismael Hernández Deras, no recibe a los inconformes, dejó de recibir llamadas y de contestar mensajes, esta mujer se ha convertido en el pararrayos del titular de la otrora prestigiosa organización.
Manifestaron su contrariedad por la falta de seriedad del diputado Hernández Deras, quien se comprometió a pagar sueldos a los empleados de base y de confianza que cotizaban en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Sin embargo, dijeron, esta promesa del legislador no se cumplió, porque la CNC dejó de pagar las aportaciones de sus trabajadores al IMSS, sin ninguna notificación a los interesados y así transcurrieron varios meses, hasta que se enteraron cuando algunos de ellos requirieron de los servicios médicos, con el resultado del aviso de que habían sido dados de baja de la institución médica varios meses atrás.
Desesperados por las deudas que vienen arrastrando y sin percibir ingreso alguno, los trabajadores de la CNC exigen el pago del tiempo transcurrido y su reinstalación en el trabajo, por virtud de que ellos no son culpables ni de la pandemia ni del destino operativo de la CNC como filial del PRI. Sólo exigen que se respeten los compromisos entre el dirigente de esa central y los trabajadores que han dejado gran parte de sus vidas al servicio de la organización y de los campesinos integrantes.
Reclaman el reconocimiento de su tiempo de trabajo y su reinstalación en su planta laboral; el pago de salarios caídos y su reinscripción al IMSS y los derechos derivados en materia de vivienda y préstamos personales que ofrece esta institución a los trabajadores de todo tipo.
Los trabajadores y empleados de la CNC están en proceso de organización con varias vertientes, en caso de que continúe la actitud del diputado Hernández Deras, de cerrar las puertas al diálogo y la concertación. También, esperan presentar en breve una demanda laboral ante las autoridades de la Secretaría del Trabajo; asimismo, informar sobre sus gestiones, a través de los diferentes medios de comunicación, a la opinión pública en busca de solidaridad y de justicia en sus gestiones.
En otro orden, manifestaron su inconformidad por la pasividad del legislador Ismael Hernández Deras, en defensa de su partido y de la propia CNC. “Tiene que hacer algo, porque una organización de lucha social campesina desde 1937, “no puede morir sin mover un dedo. Si no puede, que se haga a un lado”. No se ha dignado a presentarse ante los trabajadores para explicar lo que ocurre.
En resumen, expresaron los trabajadores de la CNC, que, primero les redujeron el salario y suspendieron el aguinaldo correspondiente a 2020. Y este año, de enero a la fecha, simplemente no han recibido un solo centavo de su sueldo.
De esta manera, la CNC dejó a la deriva a trabajadores que, por enfermedades graves, dependen de los servicios de Salud. Son personas con diabetes, hipertensión y enfermedades cardiacas que recibían con periodicidad sus tratamientos médicos, ahora perdieron sus derechos, su empleo y están a la deriva.