Susana Solís Esquinca /F&S
El caso de Yudiel Flores, conocido como el coyote consentido llegó a la Cámara de Diputados donde presuntamente legisladores del PT acuerparon la denuncia que fueron hacer seguidores del finado.
Por ello urge que la Fiscalía General del Estado de pronta respuesta sobre lo que pasó al interior del penal, ¿quién le privó de la vida?, ¿cuál será la responsabilidad del director del penal?, ¿quiénes actuaron en complicidad?; todo ello antes de que hagan mártir a un pederasta disfrazado de activista como fue el personaje.
Es claro también que la denuncia lleva doble filo contra el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, quien apenas el miércoles, en la conferencia mañanera, fue elogiado por la presidenta Claudia Sheinbaum al reconocerle el trabajo que se viene desarrollando en materia de seguridad.
No hay que olvidar que el coyote estaba sentenciado a 119 años de cárcel por tres denuncias de abuso contra infantes y que tenía también una investigación en Estados Unidos y Guatemala por crímenes semejantes. Argumentar de delitos fabricados es ignorar a las víctimas y revictimizarlas; pero también es justicia conocer ¿quién mató al coyote? y la red de complicidad que persiste dentro del penal.
Se avanza pero el camino el largo
Si bien los niveles de percepción de inseguridad bajaron drásticamente en Tuxtla Gutiérrez al pasar del quinto lugar nacional a la posición 33 de las 91 ciudades donde se realiza la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI, Tapachula únicamente mejoró dos posiciones al pasar del sexto al octavo lugar, colocando a este municipio en el top de las diez ciudades donde se percibe mayor peligro.
Sin embargo, no hay que desestimar que ha sido el trabajo de estos cuatro meses del nuevo gobierno donde se ha desplegado una importante fuerza policiaca y castrense lo que ha hecho que la ciudadanía considere que al menos en la capital del estado se sienta una mayor tranquilidad social.
En diciembre del 2024, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) en Tuxtla Gutiérrez, la percepción de inseguridad era del 90.6 por ciento, es decir, nueve de cada diez tuxtlecos sentía incertidumbre, mientras que en Tapachula fue también del 90.1 por ciento.
En las cifras del primer trimestre de este 2025, Tuxtla bajó de manera contundente la percepción al ubicarse en un 70.1 por ciento, descendiendo 20 puntos la sensación de intranquilidad.
No ocurre lo mismo con Tapachula que del 90.1 por ciento que traía en diciembre de 2024, solo desescaló un poco menos de 6 puntos al ubicarse en 84.4 por ciento.
Es aún prematuro echar las campanas al vuelo, falta un largo camino que recorrer pero los pasos se están dando y no ha habido tregua; todo dependerá de la persistencia de las fuerzas de seguridad para no aflojar el paso porque los grupos criminales siguen al acecho, escondidos en su madriguera esperando el menor descuido para retomar territorios.
Pero como dijo el poeta español, Antonio Machado: Caminante no hay camino, se hace camino al andar.
That’s All.