· En SEGALMEX (Seguridad Alimentaria Mexicana) la Auditoría encontró presuntas irregularidades en 5,640 millones de pesos
· En el Programa “Sembrando vida” se encontraron irregularidades con un faltante por valor de 900 millones de pesos
· Respecto a la construcción del aeropuerto “General Felipe Ángeles”, la Secretaría de la Defensa no ha podido comprobar el gasto de 20 mil millones de pesos
Facetas de México
Jorge Martínez Zedillo / F&S
Como es sabido, anualmente la Auditoría Superior de la Federación (ASF) dependiente de la Cámara de Diputados, tiene la función principal de realizar sistemáticamente la comprobación del gasto que ejercen todas las dependencias federales, estatales y municipales del Presupuesto de Egresos, en el marco de una estrategia que permite certificar si efectivamente el dinero público se canaliza al desarrollo de planes, programas y proyectos a favor de todos los mexicanos.
La evaluación preliminar de resultados de la ASF, para 2020, arroja un faltante de más de 63 mil millones de pesos que “no cuadran”; no se han comprobado en los estados de cuenta ni dónde se encuentran, quién los guarda celosamente o en qué se invirtieron sin los comprobantes correspondientes. “Es muchísimo dinero para que ande volando por el espacio sideral”, comentan millones de mexicanos.
El actual Gobierno Federal, encabezado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, aplica una estrategia llamada Cuarta Transformación (4T), que pretende emular transformaciones políticas, económicas y sociales que, en el pasado, dieron como resultado el cambio de la vida social, pública de México.
Una explicación breve sobre los tres movimientos sociales anteriores, con referencia al porqué de la 4T, indica que, en los tres, se registró una revolución armada. Destaca la lucha de nuestro país por la Independencia Nacional, iniciada en 1810; otra fue la Guerra de Reforma de 1857, incluida una nueva Constitución, y la tercera fue la Revolución Mexicana, donde se estima tuvo un costo de más de un millón de muertos, entre ellos los abuelos de miles de mexicanos de la actual generación. (Hay que decir que, el dictador, ya había huido a Francia y en México siguieron los “cocolazos” derivados de la “lucha por el poder”).
Retomando el tema de la auditoría federal, por ejemplo, en la Secretaría de Salud, la Auditoría concluyó que diversas áreas no tienen la forma de verificar rubros, como cuántas vacunas recibieron y tampoco cuántas se canalizaron en 2020, a coordinaciones estatales.
Hay otras ramas dentro de la Secretaría de Salud, como el INSABI, con irregularidades en cuanto a la compra de ventiladores para los hospitales por mil millones de pesos. Simplemente, señalan los responsables, no se hizo la entrega puntual de 650 ventiladores. Además, no se ha comprobado el pago de mil 600 millones de pesos por otros 2 mil ventiladores ni se ha comprobado la entrega de un millón de cubrebocas con valor de más de 40 millones de pesos.
En cuanto a los megaproyectos del gobierno federal, especialmente en el ejercicio de recursos fiscales en el Tren Maya, hubo observaciones. En este rubro, son 1,300 millones de pesos faltantes por irregularidades en el ejercicio de los recursos, por sobrecostos destinados supuestamente a la elaboración de proyectos ejecutivos; de gastos no reportados y otros que se hicieron sin respetar las normas básicas presupuestarias. También se realizaron gastos reportados no autorizados para la compra de predios.
Con relación al ejercicio del presupuesto dentro de construcción del aeropuerto “General Felipe Ángeles”, y otros recursos fiscales utilizados en el desmantelamiento del aeropuerto cancelado de Texcoco, vale la pena mencionar que la Secretaría de la Defensa no ha podido comprobar el gasto de 20 mil millones de pesos del Fideicomiso Público utilizado para financiar la construcción del nuevo aeropuerto.
Respecto de la construcción de la Refinería de Dos Bocas, en Tabasco, es la que tiene menos observaciones. Los faltantes serían del orden de 50 millones de pesos. Sin embargo, todas las observaciones de la ASF, tendrán que ser respondidas por las dependencias que ejercen recursos del Presupuesto Federal de Egresos.
En el rubro de SEGALMEX (Seguridad Alimentaria Mexicana) la Auditoría revisó un total de 6,235 millones de pesos de gasto público, y encontró presuntas irregularidades en 5,640 millones; es decir, en 9 de cada diez pesos hay observaciones. Las irregularidades se concentran en el sistema de pagos, los cuales no puede demostrar, que excedieron a los productos adquiridos, pagos que no se acreditaron por estar fuera de tiempo.
En resumen, son numerosas las observaciones que se hacen del programa de compra y venta de granos alimenticios destinados a alcanzar la soberanía alimentaria. También en el mismo rubro de manejo de recursos sin comprobar, se encuentran Diconsa y Liconsa, dependientes del área administrativa de SEGALMEX.
El Programa “Sembrando vida” no escapa de la certificación del ejercicio de recursos del gobierno. Este programa, desde su inicio, ha estado sujeto a observaciones frecuentes y este 2020 que se revisa, se repitieron las irregularidades con un faltante por valor de 900 millones de pesos.
Es preocupante el análisis de dos temas: primero, que el área administrativa no pudo comprobar que entregó apoyos a más de 18 mil personas. No tiene forma de saber si los apoyos ejercidos tuvieron respuesta en los beneficiarios, en las obligaciones de cuidado que tenían que realizar a las plantaciones forestales, como regadío de agua, recolección de semillas, adquisición de herramientas, etc.
En otra parte, la auditoría en la Comisión Federal de Electricidad, encontró contradicciones. Hace un análisis de los costos en la generación de electricidad, y afirma que la producción de electricidad de CFE es mucho más barata que la producción privada. Sin embargo, se comprobó que ésta es 50 por ciento más económica que la generada por la CFE.
Califica que los hogares pagan más que un OXXO, por ejemplo. Pero aquí, lo que se reportó a la Auditoría, es que los hogares y el sector agrícola, pagan mucho menos. Estamos hablando de una diferencia de 0.6 pesos y 1.2 pesos por unidad, respectivamente, mientras que las empresas pagan entre 3.5 a 3.6 pesos. Aquí, no cuadra el discurso de la CFE para justificar la Reforma Eléctrica.
En otro orden, los precios, las tarifas, tuvieron un incremento, dependiendo del sector, de 3.4 a casi 9 por ciento, pero los costos de generación, se redujeron. Es decir, hay un incremento de tarifas, mientras que los costos para generar electricidad, bajaron.
Para el caso de Petróleos Mexicanos, llama la atención que se incrementen los valores de los pasivos (las deudas). Estamos hablando de que los estados financieros de 2020, ascienden a más de 500 mil millones de pesos en pérdidas, distribuidos entre precios variables del petróleo, los recursos que recibió Hacienda por impuestos, más el manejo financiero que tiene la propia empresa petrolera.
Es de señalar que el gobierno federal inyectó recursos nuevos a PEMEX por un monto de 75 mil millones de pesos en 2020, mediante una política implementada en 2019, con dos efectos: Primero, le reduce la tasa de impuestos que tiene que pagar Petróleos Mexicanos a Hacienda y, a la vez, le inyecta dinero. Para el 2020, fueron 75 mil millones de pesos.
Para el 2021, en enero, el gobierno federal aportó 70 mil millones de pesos para el asunto de la deuda. La conclusión es que, PEMEX, recibe mucho apoyo y entregó malos resultados en los últimos dos años, lo cual quedó asentado en las auditorías de 2019 y 2020.
Consultado el Presidente López Obrador sobre los resultados de la ASF –en la “mañanera del 21 de febrero—afirmó que, en los próximos 30 días, a partir del 20 de febrero, las autoridades gubernamentales podrán detallar el ejercicio de los recursos federales en obras de infraestructura y gastos corrientes de las dependencias. Tendrán la oportunidad de subsanar las irregularidades del Informe General de Resultados de la Fiscalización de la Cuenta Pública 2020.
Aprovechó la oportunidad para afirmar: “en este gobierno, no hay ladrones”. Y sacó y desdobló con ciertas dificultades, su “pañuelo blanco”, en señal de que “ya no hay corrupción”. Lo mismo ha hecho en muchas ocasiones, mientras que la ASF reporta cada año cuentas deficitarias que desaparecen de los registros “como por arte de magia”.
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