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La pieza más importante de la región en el Museo de Los Altos de Chiapas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), es una tasa para tomar chocolate con la pintura –del mismo estilo de Bonampak- que representa la boda del hijo de una familia gobernante de Los Altos de Guatemala con una princesa de Ecatepec, durante el período maya clásico, hace más de mil años, quienes habitaban la ciudad situada en el hoy pueblo de San Felipe Ecatepec.
En los años sesenta y setenta del siglo XX fueron exploradas las ruinas de lo que fueron sus edificios mayores, sus templos y su Juego de Pelota, así como las tumbas de algunos de sus personajes destacados, tal como se puede apreciar en el Museo Comunitario Autónomo de dicho pueblo vecino inmediato de la ciudad de San Cristóbal de Las Casas.
Cuenta Fray Tomás de la Torre -el cronista del primer obispo de Chiapas- que en los alrededores del Solsticio de Invierno –el 21 de diciembre- y del Equinoccio de Primavera –el 21 de marzo-, en Ecatepec, al igual que en toda el área maya y zoque – en el Sur de Mesoamérica-, celebraban a las energías del Sol Nuevo, cuyos fenómenos astrológicos conocían y aplicaban a sus cultivos agrícolas, en los que combinaban maíz, frijol, calabaza, chayote y chile, ese un gran invento que dicha civilización aporta al mundo.
Las teologías indígenas están realizando importantes estudios acerca de la relación que -desde hace miles de años, hasta la fecha- dichos pueblos establecían entre sus actividades productivas y sus ciclos de fiestas, tan estrechamente relacionados entre sí, a partir de conceptos y visiones del mundo de muy elevadas filosofías y espiritualidades. Así se aprecia en el libro Nace una Iglesia. Fray Bartolomé de Las Casas y los primeros dominicos en Chiapas, publicado en esta ciudad en 2007.
Por ello, es posible imaginar, que la celebración al Señor de Las Cinco Llagas, cada cuarto viernes de cuaresma es una de esas fechas que hunden sus raíces en los ciclos de fiestas antiguas que desde hace miles de años llevaban a cabo los mayas del valle de Jobel con motivo del Equinoccio de Primavera, en estas mismas fechas. Su importancia se debe a que son realizadas en el inicio de la estación del año que simboliza la esperanza en la vida que renace, actualmente –como desde hace cinco siglos- bajo signos y representaciones cristianos católicos.
Saludamos con mucho afecto a los celebrantes actuales en el pueblo maya originario más cercano y de mayor influencia en el sur de la ciudad.
FRATERNALMENTE: Por el Comisariado de Bienes Comunales de San Felipe Ecatepec: Raymundo Corzo López y Por el Grupo Cultural Nueva Jobel: Jesús Manuel Hidalgo Pérez San Cristóbal de Las Casas, viernes 25 de marzo de 2022.