Irma Ramírez Molina/F&S
Muchos funcionarios están en modo “Año de Hidalgo” y con la reciente elección, evidenciados como traidores y desleales, que no encuentran la hora de soltar una #teta presupuestal, para irse a prender de la otra: eso no es nada nuevo, lamentablemente fueron muy ingenuos los que esperaban que la Cuarta Transformación había cambiado para siempre, una práctica de vicios de toda la vida.
No fue así, venían con la lección muy bien aprendida de lo que tanto le criticaban sobre todo al PRI, de esas prácticas que le pusieron una serie de calificativos pero que al final muchos de la #4T terminaron haciendo.
Hay que poner mucho ojo a sitio específicos donde “segundones”, gatos de los gatos, están haciendo de las suyas, colocando aunque sea unos últimos meses, a sus familias, a sus cercanos, a las “más próximas” de su equipo para que por lo menos, se les den proporcional de aguinaldo en diciembre.
¿Van a traicionar abiertamente a quien les dio la confianza estos cinco años y medio?, queda claro que sí, con descaro y desvergüenza, porque ni tienen ni tuvieron compromiso y estuvieron pegados del erario porque si no se morían de inanición y hoy es momento de “volar” a nuevos escenarios.
No hay nada nuevo bajo el sol, sólo quienes prefirieron auto engañarse que la #4T era un movimiento de renovación moral, cuando evidentemente sirvió a los intereses de unos cuantos, los que estuvieron en la cúpula del poder, en la burocracia dorada (como los etiquetó AMLO) y hoy, ya no pueden vivir sin esos dispendios a costa del pueblo, que desafortunadamente no es nada nuevo, como cada sexenio aparecen nuevos ricos y cada vez son más evidentes, lo cual hace recordar cuando llegó por vez primera gente de “izquierda” en el sexenio de Pablo Salazar.
Veremos a muchos renegar de su establo, tres veces antes de que cante el gallo y es que lamentablemente, ya se les conoce, han operado así por los “sexenios de los sexenios”, “política” le llamen ellos, pero no es más que oportunismo de vivales, por decir lo menos, que ya están en el año de Hidalgo y es preciso que el gobernador, los corra antes de que pudran todo su gobierno, porque no son difíciles de identificar.
BASE DE DATOS…-
Claudia Baca Esquinca, titular de Obras Públicas, salió muy chambeadora en el cierre de administración: debe estar atenta a que mucho de lo que tendrá que realizar le podría servir a su pase directo para que regrese al Ayuntamiento de Tuxtla.*
Deben pedirse cuentas en CECyTECH, a Sandro Hernández Piñón, dicen los enterados “el nuevo rico” de Huehuetán, que desquitó sobremanera su sueldo de director en un sistema educativo donde lo dejaron hacer a sus anchas y se despachó con la cuchara grande: su patrimonio actual no pasa los filtros guindas de la “austeridad republicana” que decían, ni en el arranque.*
En la Comisión de Infraestructura Hidráulica y Carretera, Jorge Luis Jiménez Gómez prácticamente garantizó que las próximas 10 generaciones de su familia, vivan en la opulencia y el lujo, porque, dicen, desde el diezmo de la obra pública, se enriqueció a más no poder y urge, que le exijan transparencia en su patrimonio: entró con una mano adelante y otra detrás, se va como el #Maharajá de Chiapas, amo y señor de la corrupción.*
En el COBACH, el “arrastrado” (literalmente) de Jorge Luis Escandón Hernández dejó en manos de sus avorazados compinches a este noble sector educativo, para que le sangraran sus posibilidades de crecer y extenderse a favor de los estudiantes chiapanecos: ahora, dicen sus paisanos, todo está en las relucientes propiedades en Las Margaritas, que crecieron al doble en este sexenio y que, no digo que no, pudieran estar libres de corrupción, pero conociendo a Escandón Hernández y su pandilla, hay cosas muy cuestionables.*