Estudiante de la Unicach investiga afectaciones del cambio climático sobre los reptiles que además padece el tráfico ilegal
F&S
La población de escorpión o lagarto enchaquirado de Chiapas (Heloderma alvarezi) ha padecido al mismo tiempo el tráfico ilegal de su especie y ataques de personas que temen a su mordedura y veneno, pero hay otro factor que contribuye a su posible extinción: el cambio climático, advierte Aarón Gómez Cruz, estudiante de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH).
Actualmente inscrito en la Maestría en Ciencias en Biodiversidad y Conservación de Ecosistemas Tropicales, y egresado de la Licenciatura en Biología, Gómez Cruz desarrolla una investigación sobre “la vulnerabilidad de la especie y el impacto del cambio ambiental en su conservación, para saber lo que puede pasar en diferentes escenarios”.
El escorpión enchaquirado “es un saurio de hasta 70 centímetros, un organismo difícil de encontrar en campo; la mayoría del tiempo se la pasa escondido”, y, efectivamente, “es una de las pocos lagartijas venenosas en México; solo hay cuatro especies”, explica el también miembro de la Red Latonoamericana para la conservación de anfibios y reptiles.
“Esta idea de ser organismos venenosos hace que los pobladores los maten. Tienen diferentes creencias sobre él, como que escupe el veneno o que puede matar con su sombra”.
Por el contrario, el experto explica que “el veneno que poseen es inofensivo para el ser humano, la probabilidad de muerte es nula”. Esto debido a que “realmente la inoculación por mordida es lenta y difícil, por lo que es poco probable ser intoxicado por el veneno”.
En los casos en que una mordedura prolongada ha provocado la intoxicación, la sintomatología general es de dolor e inflamación.
Se ha observado que la especie tiene tolerancia estrecha a los cambios de clima, su temperatura corporal varía dos grados, por lo que “podrían ser extintos por el calentamiento global. Como su actividad está muy relacionada con la temperatura, disminuye el tiempo que puede salir a alimentarse y reproducirse si la temperatura sube”.
En estas condiciones, la distribución del Heloderma alvarezi en la zona baja de Chiapas “se ve comprometida por el cambio climático; para el año 2070 se predice su extinción”.
La desaparición de una especie tiene consecuencias en el ecosistema. En este caso, por sus hábitos de alimentación se trata de un controlador de roedores e insectos. Además, está pendiente analizar si sus proteínas y encimas tienen propiedades para el tratamiento de enfermedades como la diabetes, el alzheimer y el parkinson, como en los ejemplares del norte de México y Estados Unidos.