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Los diferentes grupos que han habitado las fértiles tierras de la cuenca del Río Grande de Chiapas –llamado Grijalva después de la conquista- mantenían una relación de mucho respeto y de integración con las energías del sol, de las aguas y de la naturaleza en general, ya que de éstas dependían las buenas cosechas de su agricultura y pesca que eran de temporal. Por eso, los Mankeme o Indios Chiapa, en los alrededores del Solsticio de Invierno –el 21 de diciembre- realizaban rituales propiciatorios de profunda espiritualidad, como el que dedicaban a la diosa o espíritu del agua –Mandanda o Nandadá_ en el centro de la corriente de dicho río –Nandimé– que consistía en una ofrenda en la que dos grupos de canoeros se aventaban flores, frutas y semillas, simulando una pequeña batalla que era coreada por la gente que se congregaba para esa ceremonia.
Al terminar ese simulacro, echaban a la corriente del río lo que sobraba de la carga, pidiéndole a las energías del agua que no faltaran los alimentos, que las cosechas fueran buenas y abundantes, que no llegaran plagas y que hubiera salud para todos. Después de las cruentas batallas de la conquista y particularmente después de la Masacre del Cañón del Sumidero, en donde niños, ancianos y mujeres iban cayendo al despeñadero donde se habían refugiado, los Mankeme –llamados Indios Chiapa perdieron el dominio del área de tierras más fértiles del centro del estado y comprendía desde Acala hasta el actual Villa Corzo-.
Al llegar los evangelizadores dominicos en 1549, con el obispo Fray Bartolomé de Las Casas, los rituales a las energías del sol, del agua y demás espíritus de la naturaleza fueron combinándose con elementos de las nuevas creencias traídas por el cristianismo. Por eso, su ciclo de celebraciones comenzaron a mediados de diciembre con el Ritual de Iniciación de los jóvenes varones, que consiste en caminar hacia las montañas de los Altos para traer cargando sobre la espalda las flores con las que adornan el pesebre donde nace el Niño Dios, el día 24. Continúan el con las Novenas de misas y rezos para festejar al Señor de Esquipulas –el 15 de enero-, San Antonio Abad –el 17 de enero- y San Sebastián –el 20 de enero-, mediante el sistema de Cargos de Priostes, Responsables, Padrinos y Cooperantes, que recuerdan las Cofradías de la organización religiosa de la época colonial, acompañados de una gran abundancia de personajes como los Parachicos, Chiapanecas y Chuntás.
Estos hombres vestidos de mujer, están recordando así aquél pasaje central de su nueva historia a partir de la dominación europea, cuando los varones que se opusieron a la conquista, continuaron resistiendo en sus campos de cultivo y sólo podían entrar a sus casas en el pueblo durante algunas noches, disfrazados de mujer, por temor a ser detenidos y castigados con crueldad, como sucedió con su líder que fue quemado vivo en una hamaca debajo de la Ceiba o Pochota, en el parque central, ante la vista de todos, para infundir miedo y que sirviera como ejemplo para que no se atrevieran a continuar rebelándose.
Con un afectuoso saludo para todas y todos los alegres y esforzados chiapacorceños y sus visitantes.
Colectivo Cultural Mankeme de Chiapa de Corzo: Sr. Tomás López Escobar
y Por el Grupo Cultural Nueva Jobel: Jesús Manuel Hidalgo Pérez